Al Lector:



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2007-06-30

Windows discards


El fervor de justicia
de sorpresa (en sorpresa)
erigió al Maldito.
Por un filosófico exceso,
obseso a la Idea, de Bien:
la estupidez de la sospecha,
el yoyó de los ingenuos.


Y yo


voy


como un Descartes.



Siempre solo.


Siempre aparte.



Mirándote pasar por la ventana, Máquina.